La crisis del sistema de partidos comienza a tocar fondo y el Partido Acción Nacional (PAN) puede ser el primer muerto. México Libre será su estocada final.
La estructura de instituciones conocida como partidos políticos inicia, en todo el mundo, a verse suplantada por movimientos sociales cuya capacidad de movilidad hacia las preocupaciones de la población es mayor. Los logros de un Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) son para México el arranque de una nueva forma de organización política que ni MORENA sabe aún como resolver.
Ayudan a la muerte del PAN, además de México Libre, el cambio social del siglo XXI.
El Partido Acción Nacional (PAN) fue creado bajo los preceptos de la Doctrina Social de la Iglesia Católica, sí, de esa religión que en la declaratoria sigue siendo mayoritaria pero totalmente desdibujada como rectora ética de la moral nacional. En la iglesia católica de México solo quedan ancianos y una cantidad de edificios históricos que deberían ser posesión del Estado.
El PAN sigue apostando a preceptos ajenos a la realidad de las y los mexicanos del siglo XXI. Mientras en el PAN los discursos apuntalan a la familia nuclear tradicional, la familia mexicana está cada vez menos alineada a dicho modelo. Mientras el PAN apuesta al sometimiento de la mujer, a su cosificación y su carácter de instrumento reproductor, las mujeres de todo el mundo inciden y transforman el yugo al que fueron sometidas.
Mientras el PAN, con grupos de poder organizados en lo religioso y empresarial, apuestan a la imposición de su visión de un México de “enanos mentales”, la sociedad mexicana los rebasa por la izquierda, por la derecha, por arriba, por abajo y por el centro.
El Partido Acción Nacional (PAN) insiste en ser la oposición del Presidente de la República construyendo la idea de que ahí encuentra a su enemigo. Error de estrategia. Su espada de Damocles se llama México Libre. Sus cabezas visibles, el genocida y su florecita, se han encargado de desfondar al PAN ayudados por miembros activos del mismo partido que han usado todos los recursos en favor de México Libre.
Si México Libre consigue su registro -y todo parece indicar que así será- decenas de panistas que ahora están jugando “doble” cambiarán de partido para darle aire a un nuevo negocio que asegure un presupuesto mayor y de mejor plazo que el que puede ofrecerles el PAN.
La venganza Calderón-Zavala fue una carambola de tres bandas: 1) ser la oposición vengativa del partido de un presidente que los exhibe todos los días, 2) seguir viviendo del presupuesto de las y los mexicanos y, 3) asesinar a mansalva al partido que los echó por corruptos e incapaces.
Del Partido Acción Nacional (PAN) queda muy poco: voces sin valor político ni presencia mediática, un número mínimo de militantes que pone en riesgo su registro, una historia que involucra a hombres sin partido como José Antonio Meade, supuestos narcotraficantes como Genaro García Luna y muchos personajes que están por visitar los tribunales o hacer de la cárcel su nueva dirección postal.